Tomado del libro Introducción a la PNL, Escrito por O"CONNOR & SEYMOUR

Algunas de las partes
más importantes de nuestro mapa [son las creencias y los valores que
configuran nuestras vidas y le dan sentido; gobiernan lo que hacemos y
pueden hacernos entrar en conflicto con otros. Los valores definen lo
que es importante para nosotros; el conflicto empieza cuando insistimos
en que lo que es importante para nosotros debe ser importante para
otros. A veces, nuestros propios valores coexisten con dificultad y
tenemos que tomar decisiones difíciles. ¿Debo mentir por un amigo? ¿Debo
coger un trabajo aburrido porque está mejor pagado, u otro que me iría
mejor pero peor pagado?
Diferentes partes de
nosotros encierran valores distintos, siguen intereses diferentes,
tienen intenciones distintas y, por ello, entran en conflicto. Nuestra
capacidad para alcanzar un objetivo se ve radicalmente afectada por cómo
reconciliamos y manejamos con imaginación las distintas partes de
nuestra identidad. Es raro poder ir de todo corazón o de manera
totalmente congruente hacia un objetivo, y cuanto mayor sea éste, más
partes de nosotros entrarán en juego y más posibilidad habrá de tener
intereses encontrados.
La congruencia interna
da fuerza y poder personal: Somos congruentes cuanto todas nuestras
conductas verbales y no verbales apoyan nuestro objetivo. Todas las
partes están en armonía y tenemos libre acceso a nuestros recursos. Los
niños pequeños son, casi siempre, congruentes: cuando quieren algo, lo
quieren con todo su ser. Estar en armonía no quiere decir que todas las
partes están tocando la misma melodía. En una orquesta, los diferentes
instrumentos se combinan, y la melodía resultante es más que la melodía
que cualquiera de los instrumentos puede producir por sí solo, y es la
diferencia entre ellos lo que da a la música su color, interés y
armonía. Por ello, somos congruentes cuando nuestras creencias, valores e
intereses actúan conjuntamente para darnos la energía necesaria para
alcanzar nuestras metas.
Cuando usted toma una
decisión y es congruente con ella, sabe entonces que puede proceder a su
consecución con toda garantía de éxito. El problema es cómo saber
cuando se está actuando de forma congruente. A continuación le damos un
pequeño ejercicio para que identifique su señal de congruencia interna.
Identificación de la
señal de congruencia: Piense en un momento en que realmente quería algo:
aquel negocio en particular, regalo o experiencia que deseaba con todas
sus fuerzas. Mientras lo recuerda y se asocia a aquel momento, usted
puede empezar a reconocer lo que es sentirse congruente. Empiece a
familiarizarse con este sentimiento, de forma que pueda usarlo en el
futuro para saber si es totalmente congruente sobre un objetivo. Observe
cómo se siente, observe las submodalidades de la experiencia a medida
que piensa en ella. ¿Puede encontrar alguna sensación interna, visión o
sonido que defina sin ninguna duda su congruencia?
La incongruencia son
señales mezcladas: un instrumento que desafina en una orquesta, una zona
de color que no queda bien en un cuadro. Mensajes internos mezclados
darán un mensaje ambiguo a la otra persona y tendrán como resultado
acciones embotadas y autosabotaje. Cuando usted se enfrenta a una
situación y no es congruente con ella, nos da información valiosísima de
su parte inconsciente; le dice que no es inteligente actuar y que es
tiempo de pensar, de recoger más información, de crear más opciones o
explorar otras metas. La cuestión aquí es saber cuándo se es
incongruente. Haga el siguiente ejercicio para aumentar su capacidad
para identificar su señal de incongruencia.
Identificación de la
señal de incongruencia: Piense en un momento pasado en que tuviera dudas
sobre un plan; puede que pensara que era una buena idea, pero algo le
decía que podía meterle en problemas. O podía verse a sí mismo
haciéndolo, pero aun así tenía una extraña sensación.
Mientras está pensando
en las reservas que tenía, habrá cierta sensación en una parte de su
cuerpo —una imagen en particular o un sonido— que le haga saber que no
está usted plenamente convencido. Esta es su señal de incongruencia.
Familiarícese con esta señal, es una buena amiga y puede ahorrarle mucho
dinero. Puede que quiera corroborarla con otras experiencias en las que
usted sabía que tenía dudas o reservas. Ser capaz de detectar la
incongruencia en su interior le evitará cometer muchos errores.
Los vendedores de
coches usados tienen una pobre reputación de congruencia. La
incongruencia también aparece en ciertos lapsus freudianos; alguien que
ensalce el «estado de la tecnología mecánica» es alguien que claramente
no está muy impresionado por la ciencia electrónica. Detectar la
incongruencia en los demás es esencial si tiene que tratarlos de forma
sensible y efectiva. Por ejemplo, un maestro al explicar una idea
preguntará a los estudiantes si la entienden. El estudiante puede decir:
«Sí», pero su tono de voz o expresión puede contradecirle. Al vender,
un vendedor que no detecte la incongruencia en el comprador y luche
contra ella, será difícil que haga una venta, y si la hace, generará
remordimientos en el comprador y, por tanto, no habrá más negocios entre
ellos.
Valores y Criterios:
Nuestros valores afectan poderosamente a la congruencia de un objetivo.
Los valores dan forma a lo que es importante para nosotros y están
apoyados en las creencias. Los adquirimos, al igual que las creencias,
de nuestras experiencias y del contacto con la familia y con amigos. Los
valores se relacionan con nuestra identidad, y nos importan realmente;
son los principios fundamentales según los que vivimos. Actuar en contra
de nuestros valores nos hace incongruentes. Los valores nos motivan y
dirigen, son los lugares importantes, las capitales de nuestro mapa del
mundo. Los valores más duraderos e influyentes son elegidos libremente,
no son impuestos; los elegimos siendo conscientes de sus consecuencias, y
conllevan muchos sentimientos positivos.
A pesar de ello, los
valores son, normalmente, inconscientes y apenas los exploramos de forma
clara. Para ir subiendo en una compañía, tendrá que aceptar los valores
de esa compañía; si son diferentes de sus valores, le llevará a
incongruencias. Una compañía puede que esté utilizando sólo medias
personas si sus trabajadores clave tienen valores que chocan con los de
ella.
La PNL emplea la
palabra criterios para describir aquellos valores que son importantes en
un contexto en particular. Los criterios son menos generales y de menor
amplitud que los valores; son las razones por las que usted hace algo, y
lo que obtiene por ello. Por regla general, son nominalizaciones como
salud, éxito, diversión, riqueza, éxtasis, amor, aprendizaje, etc.
Nuestros criterios son
los que deciden por qué trabajamos, para quién trabajamos, con quién nos
casamos (si nos casamos), cómo entablamos relaciones y dónde vivimos.
Determinan el coche que conducimos, la ropa que nos compramos y adonde
vamos a comer.
Compartir los valores o
criterios de otra persona creará una buena sintonía. Si simpatizas con
su cuerpo pero no con sus valores, difícilmente conseguirás una buena
sintonía.
Compartir los valores
de otro no significa que tengas que estar de acuerdo con ellos, sino que
así muestras tu respeto hacia ellos.