LA FE ES UNA NECESIDAD
Sólo
con el ánimo de expandir mi propia risa, cuento lo que sucedió la otra
tarde mientras dictaba una conferencia en uno de los más grandes y
afamados hoteles que operan en Colombia. Antes, debo explicar que este
hotel estaba próximo a cerrar sus puertas en la capital y, por lo tanto,
se veía venir un despido masivo de trabajadores. Cualquiera puede
imaginarse el estado de emocional en el que se encontraban. Ante las
circunstancias, los directivos me pidieron que les dirigiera una charla
acerca de la mentalidad abierta al cambio.
No es mi costumbre mezclar cuestiones religiosas con temas psicológicos. Sin embargo, en cierto momento, en el cual hablaba de romper la rigidez de los hábitos de comportamiento y las estrechas márgenes de pensamiento, hice referencia a las distintas formas de pensar, a la diversidad de creencias según las culturas y la necesidad de aceptar la divergencia. Entonces, lancé ante la asamblea esta pregunta: “Cuántos son católicos aunque no sean practicantes?”. De unas cien personas, dos levantaron la mano. “Bueno, pero muchos de ustedes serán protestantes, adeptos a alguna iglesia cristiana”. Una sola persona contestó. “Pertenecientes a la iglesia ortodoxa?... ¿judíos?... ¿mormones?... ¿taoístas?”. No obtuve respuesta ninguna. “Bien, dije, tal vez se identifican mejor como rosacruces, ¿teosofistas, quizás?... Levanten la mano, por favor”. Fue inútil.
“Entonces, aquí nadie cree en nada? ¡Con razón van a cerrar este negocio!”. Casi grité. El público estalló en una carcajada tan sonora y tan larga que con mucha dificultad logré restablecer el orden y continuar con mi charla.
María Cecilia Betancur
No es mi costumbre mezclar cuestiones religiosas con temas psicológicos. Sin embargo, en cierto momento, en el cual hablaba de romper la rigidez de los hábitos de comportamiento y las estrechas márgenes de pensamiento, hice referencia a las distintas formas de pensar, a la diversidad de creencias según las culturas y la necesidad de aceptar la divergencia. Entonces, lancé ante la asamblea esta pregunta: “Cuántos son católicos aunque no sean practicantes?”. De unas cien personas, dos levantaron la mano. “Bueno, pero muchos de ustedes serán protestantes, adeptos a alguna iglesia cristiana”. Una sola persona contestó. “Pertenecientes a la iglesia ortodoxa?... ¿judíos?... ¿mormones?... ¿taoístas?”. No obtuve respuesta ninguna. “Bien, dije, tal vez se identifican mejor como rosacruces, ¿teosofistas, quizás?... Levanten la mano, por favor”. Fue inútil.
“Entonces, aquí nadie cree en nada? ¡Con razón van a cerrar este negocio!”. Casi grité. El público estalló en una carcajada tan sonora y tan larga que con mucha dificultad logré restablecer el orden y continuar con mi charla.
María Cecilia Betancur
