Enfermedad que se le
conoce también con el nombre de esteatosis hepática palabra que proviene
del griego esteato que significa grasa o sedo y de la terminación osis
que significa degeneración, es decir acumulación de depósitos de grasa
en las células del hígado (Hepatocitos) que hacen que la función del
hígado sea interrumpida.
Podemos afirmar entonces que la esteatosis hepática es una enfermedad crónica degenerativa del hígado causada por el consumo de grasas de origen animal saturadas como res, cerdo, pollo, lácteos y además de grasas que han sido alteradas por las altas temperaturas como las grasas fritas, hidrogenadas, Trans, margarinas y todo tipo de grasa que ha sido procesada y refinada, la cual ha perdido todo su valor nutricional y se ha convertido en un combustible.
Al ingerir todo estos tipos de grasas malignas hacen que la bilis en el hígado se vuelva muy espesa, viscosa y se empiece a coagular entorpeciendo su flujo hacia el intestino delgado creando los cálculos biliares que hacen que se forme un estancamiento de grasa y de bilis dentro del hígado, dando inicio a un hígado graso.
El hígado es un órgano que controla la digestión, absorción y metabolismo de las grasas en todo el cuerpo, al tener hígado graso y cálculos biliares, interfiere con el metabolismo de las grasas afectando los niveles de colesterol en la sangre, y un desequilibrio de las grasas en la sangre afecta profundamente el sistema nervioso y puede causar cualquier tipo de enfermedades en el cuerpo.
Otros factores muy importantes que contribuyen y pueden llegar a formar muy fácilmente un hígado graso son el consumo frecuente de alcohol, ya que este se convierte en grasa en el hígado y los medicamentos farmacéuticos como antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios, ya que todos ellos son metabolizados en el hígado entorpeciendo con el proceso de desintoxicación volviendo lento y toxico este órgano.
Por lo tanto tener hígado graso es el mayor indicativo para saber automáticamente que su hígado está lleno de cálculos biliares, causando una enorme obstrucción hepática impidiendo su proceso de desintoxicación y causando muchos síntomas y enfermedades.
Si usted presenta los siguientes síntomas o señales son indicativos de que lo más probable es que tenga hígado graso y cálculos biliares: colesterol alto, cuello rígido, dolor de espalda, ojeras oscuras debajo de los ojos, insomnio, pesadillas, irritabilidad, boca amarga, mareos, impotencia, manchas color café en las manos, hemorroides, adormecimiento de las piernas, dolor de cabeza, articulaciones rígidas y dolorosas, espasmos musculares, ojos amarillos, problemas de la visión y problemas digestivos como reflujo, distención abdominal, gases y mucha intolerancia a las grasas.
Depósitos de grasa en nuestros parpados que se reflejan como bolsas debajo de los ojos y color amarillo verdoso en nuestras partes blancas de los ojos (conjuntivas) son signos que indican degeneración de tipo graso. La manera más fácil y no invasiva de diagnosticar un hígado graso es con la Iridologia, al observar un anillo de colesterol en la periferia del iris y un color amarillo verdoso del ojo y su conjuntiva. Desafortunadamente para esta enfermedad la medicina moderna no tiene una cura y para poder revertirla simplemente hay que cambiar nuestros hábitos de vida, de alimentación y proporcionarle al cuerpo los minerales y vitaminas que han estado en deficiencia por mucho tiempo, que los ha llevado a una desnutrición celular y a una autointoxicación de desechos metabólicos y toxinas de alimentos refinados.
Seguir una dieta de origen vegetal equilibrada (frutas, vegetales, granos, germinados, cereales y tubérculos cocidos) es una de las maneras más efectivas de prevenir la formación de hígado graso, cálculos biliares, enfermedad cardiovascular y cáncer. Todos los tipos de proteína animal disminuyen la solubilidad de la bilis haciéndola más espesa, creando así un alto factor de riesgo en la formación de cálculos biliares e hígado graso.
Una manera muy efectiva de empezar a ablandar y disolver los cálculos biliares es tomando 2 litros de jugo de manzana al día por 10 días, ya que esta fruta contiene dos ácidos muy poderosos que disuelvan cálculos y ellos son el ácido málico y el ácido tartárico. Una vez que los cálculos biliares están ablandados y pequeños se necesita dilatar los canalículos del hígado para poder expulsarlos hacia el intestino delgado y eso se logra con el mineral magnesio que contiene la clorofila del jugo verde.
El hígado graso es una enfermedad que se puede prevenir, pero si ya la tienes debe eliminar de su alimentación las proteínas animales, las grasas fritas, hidrogenadas, Trans, de panadería como la vitina, las margarinas, azucares refinadas como las gaseosas y harinas refinadas donde la cascara ha sido eliminada, el alcohol y los medicamentos de farmacia. La cascara de los cereales y granos contiene una cantidad de minerales y grasas especializadas como la lecitina y la vitamina E que ayudan a mantener la bilis bien soluble como agua, pero la industrialización de los alimentos ha eliminado estas cascaras convirtiéndolos en alimentos refinados. Ejemplos: el trigo se convierte en pan blanco y el maíz se convierte en hojuelas de maíz y arepa harina.
Podemos afirmar entonces que la esteatosis hepática es una enfermedad crónica degenerativa del hígado causada por el consumo de grasas de origen animal saturadas como res, cerdo, pollo, lácteos y además de grasas que han sido alteradas por las altas temperaturas como las grasas fritas, hidrogenadas, Trans, margarinas y todo tipo de grasa que ha sido procesada y refinada, la cual ha perdido todo su valor nutricional y se ha convertido en un combustible.
Al ingerir todo estos tipos de grasas malignas hacen que la bilis en el hígado se vuelva muy espesa, viscosa y se empiece a coagular entorpeciendo su flujo hacia el intestino delgado creando los cálculos biliares que hacen que se forme un estancamiento de grasa y de bilis dentro del hígado, dando inicio a un hígado graso.
El hígado es un órgano que controla la digestión, absorción y metabolismo de las grasas en todo el cuerpo, al tener hígado graso y cálculos biliares, interfiere con el metabolismo de las grasas afectando los niveles de colesterol en la sangre, y un desequilibrio de las grasas en la sangre afecta profundamente el sistema nervioso y puede causar cualquier tipo de enfermedades en el cuerpo.
Otros factores muy importantes que contribuyen y pueden llegar a formar muy fácilmente un hígado graso son el consumo frecuente de alcohol, ya que este se convierte en grasa en el hígado y los medicamentos farmacéuticos como antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios, ya que todos ellos son metabolizados en el hígado entorpeciendo con el proceso de desintoxicación volviendo lento y toxico este órgano.
Por lo tanto tener hígado graso es el mayor indicativo para saber automáticamente que su hígado está lleno de cálculos biliares, causando una enorme obstrucción hepática impidiendo su proceso de desintoxicación y causando muchos síntomas y enfermedades.
Si usted presenta los siguientes síntomas o señales son indicativos de que lo más probable es que tenga hígado graso y cálculos biliares: colesterol alto, cuello rígido, dolor de espalda, ojeras oscuras debajo de los ojos, insomnio, pesadillas, irritabilidad, boca amarga, mareos, impotencia, manchas color café en las manos, hemorroides, adormecimiento de las piernas, dolor de cabeza, articulaciones rígidas y dolorosas, espasmos musculares, ojos amarillos, problemas de la visión y problemas digestivos como reflujo, distención abdominal, gases y mucha intolerancia a las grasas.
Depósitos de grasa en nuestros parpados que se reflejan como bolsas debajo de los ojos y color amarillo verdoso en nuestras partes blancas de los ojos (conjuntivas) son signos que indican degeneración de tipo graso. La manera más fácil y no invasiva de diagnosticar un hígado graso es con la Iridologia, al observar un anillo de colesterol en la periferia del iris y un color amarillo verdoso del ojo y su conjuntiva. Desafortunadamente para esta enfermedad la medicina moderna no tiene una cura y para poder revertirla simplemente hay que cambiar nuestros hábitos de vida, de alimentación y proporcionarle al cuerpo los minerales y vitaminas que han estado en deficiencia por mucho tiempo, que los ha llevado a una desnutrición celular y a una autointoxicación de desechos metabólicos y toxinas de alimentos refinados.
Seguir una dieta de origen vegetal equilibrada (frutas, vegetales, granos, germinados, cereales y tubérculos cocidos) es una de las maneras más efectivas de prevenir la formación de hígado graso, cálculos biliares, enfermedad cardiovascular y cáncer. Todos los tipos de proteína animal disminuyen la solubilidad de la bilis haciéndola más espesa, creando así un alto factor de riesgo en la formación de cálculos biliares e hígado graso.
Una manera muy efectiva de empezar a ablandar y disolver los cálculos biliares es tomando 2 litros de jugo de manzana al día por 10 días, ya que esta fruta contiene dos ácidos muy poderosos que disuelvan cálculos y ellos son el ácido málico y el ácido tartárico. Una vez que los cálculos biliares están ablandados y pequeños se necesita dilatar los canalículos del hígado para poder expulsarlos hacia el intestino delgado y eso se logra con el mineral magnesio que contiene la clorofila del jugo verde.
El hígado graso es una enfermedad que se puede prevenir, pero si ya la tienes debe eliminar de su alimentación las proteínas animales, las grasas fritas, hidrogenadas, Trans, de panadería como la vitina, las margarinas, azucares refinadas como las gaseosas y harinas refinadas donde la cascara ha sido eliminada, el alcohol y los medicamentos de farmacia. La cascara de los cereales y granos contiene una cantidad de minerales y grasas especializadas como la lecitina y la vitamina E que ayudan a mantener la bilis bien soluble como agua, pero la industrialización de los alimentos ha eliminado estas cascaras convirtiéndolos en alimentos refinados. Ejemplos: el trigo se convierte en pan blanco y el maíz se convierte en hojuelas de maíz y arepa harina.
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