martes, 7 de febrero de 2017

Técnicas para manejar la rabia y el enfado en los niñ@s





Cuando un niño se enfada los adultos solemos atacar al niño en vez de al enfado.  Muchas veces parece que a nosotros mismos nos enfada que ellos se enfaden una y otra vez por las mismas cosas o varias. ¿Y esto no tiene sentido verdad? ¿Cómo nos vamos a enfadar porque un niño se enfada, cuando también nos estamos enfadando nosotros? No tiene sentido pero es habitual que suceda esto, y no nos paramos a pensar en ello lo suficiente. El enfado controla a niño y adulto y todo gira en torno a una espiral de rabietas, gritos, llanto y estrés, mucho estrés.

¿Pero qué pasaría si nos preguntamos lo siguiente?


¿Les damos las herramientas adecuadas para que sepan o eviten que su enfado llegue a un nivel alto y más difícil de calmar?

¿Les damos las herramientas suficientes para que un niño sepa reconocer que está enfadado y que desde ahí pueda resolver casi por sí mismo esa situación?

¿Les enseñamos herramientas con las que entiendan que enfadarse no sirve en la mayoría de los casos para algo bueno?

Habrá muchos padres y maestros que sí, pero estoy segura de que la mayoría tiene que responder un ROTUNDO NO a estas 3 preguntas. Bueno, a no ser que entre estas herramientas cuenten los castigos, la silla de pensar, el no comprender su enfado y reprimir sus emociones o el dejar sólo al niño mientras está pasando por una rabieta. ¿Es eso una buena herramienta? Un ROTUNDO NO otra vez.

Es imposible evitar que los niños se enfaden, al igual que es imposible que un adulto se enfade. Lo que es posible, es que le hagamos entender desde que son pequeños que enfadarse en determinados ocasiones es normal, que a todos nos pasa, pero que poco a poco nosotros podemos evitar que el enfado nos controle antes de que hagamos cosas que nos hagan daño a nosotros y a los demás.

Los niños necesitan ejercicios y técnicas para poder manejar su rabia y su ira. Técnicas que sean respetuosas y empáticas hacia ellos y su entorno.

Dejando que un niño llore sólo ante una rabieta sólo conlleva a que el enfado le controle más, le lleve a un alto estado de estrés y de alerta innecesaria que luego le llevará a estar más cansado e irritado. Y lo peor de esa situación es que lo que el niño ha aprendido es que cuando se enfada, se siente muy mal pero no comprende el por qué, no sabe controlarse y encima su familia tampoco lo entienden y lo ignoran. Piensa que lo que le pasa no es suficiente importante y acaba reprimiendo emociones que a la larga les causarán varios problemas físicos y emocionales.

En definitiva, no podemos pretender que los niños no se enfaden, o lo hagan en menor medida, si no les damos las herramientas suficientes para que sean capaces de controlarse.

No es que no puedan controlar su enfado, ¡es que no saben!

HE AQUÍ ALGUNAS TÉCNICAS SENCILLAS:

El Globo
Utiliza un globo y llénalo de aire.  La rabia llena el globo.  Dejamos que el globo se desinfle para que no explote. Cierro los ojos y respiro profundamente, centrándome en la respiración.  Cada vez que soltamos el aire nos imaginamos el globo deshinchándose.
Cambiamos los pensamientos que están en nuestra cabeza por pensamientos agradables, pensamos en algo que nos gusta.  Hablamos y explicamos esas sensaciones y pensamientos, sin alterarnos.
Cuando nos sintamos alterados volvemos a respirar con los ojos cerrados.

La caja del enfado
Pensamos en algo que nos enfada mucho y abrimos la caja.
El enfado que hay dentro de la caja se simboliza con una tela que me pongo encima y se apodera de mí y no me deja ni ver ni pensar con claridad.
Cuando tengo encima la tela (el enfado) me choco con los demás, tiro cosas sin querer, estoy confuso al no ver la realidad, como cuando estoy muy enfadado.
Cuando tengo la tela se sienta a meditar y podrá quitársela.
“Cuando meditamos el enfado desaparece”.

Garabato del enfado
Cogemos un papel y pinturas para dibujar. Pensamos en el enfado y empezamos a hacer un garabato muy rápido y fuerte, sin sentido, mientras gritamos para que nuestro enfado salga de nosotros hacia el dibujo.
Cuando acabamos cogemos el papel y lo romperemos en pedazos para que la última pizca de rabia que quedaba se nos quite.
¡Qué liberación!

Soltando la rabia a través de un objeto
Cuando estamos enfadados nos entran ganas de tirar cosas.  Los niñ@s muchas veces lo hacen por necesidad o sin querer y nos enfadamos más con ellos.
Es más fácil si les aportamos un objeto al que sí puedan golpear o tirar sin que se rompa para que cada vez que se enfaden suelten su ira con él.  Puede ser:
Pegando fuerte con un cojín, un peluche, tirándolo lejos. Golpeado una bola de plastilina.
Si estamos al aire libre tirar unas piedras lejos ayuda muchísimo.

Dibujar y escribir
Podemos dibujar algo en concreto que nos apetezca en ese momento, o hacer algo libre y abstracto que sintamos.
Y si son niños mayores, ayudarles a escribir como se sienten.
Liberan a través de las palabras escritas mucha rabia e ira, y les hace controlar mejor la situación antes de que les desborde.
Podemos darle la opción de romper el enfado para que crean realmente que al romperlo el enfado desaparece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Queremos saber lo que piensas